Con el paso de los años, como instrumentista, fui acumulando miedos, subir a un escenario llegó a ser un auténtico infierno. Cada vez que en mi banda de música nos informaban de la fecha de un nuevo concierto yo me ponía fatal. Lo pasaba tan mal que en medio de los conciertos llegaba al punto de dudar de las posiciones de mi instrumento e incluso de lo que leía en la partitura. 

Llegando al final de superior, me veía incapaz de hacer el recital de fin de estudios y tras conocer a Chus en el taller sobre ansiedad escénica decidí ponerme en contacto con el y pedirle ayuda de cara a mi recital. Mi objetivo desde el primer momento era ser capaz de subir al escenario y disfrutar de mi último concierto de la carrera. ¡¡¡Y vaya si he disfrutado!!! 

Sinceramente, conocer a Chus y trabajar con el fué una de las mejores decisiones que tomé en mi vida, es impresionante su trabajo y su dedicación. No tengo palabras para explicar lo mucho que me ayudó y me sigue ayudando. Me ha hecho reflexionar ¡mucho! Y entre otras cosas, me ha dado mogollón de recursos para enfrentarme a esas situaciones que para mi son difíciles. Lo que más me gustaba era las conversaciones que teníamos a través de un documento compartido con el que trabajábamos, ese era mi momento preferido del día a día, porque lo mas bonito es que él siempre está pendiente de ti, da igual el día y la hora. ¡Es un psicólogo increíble y por encima de todo una persona maravillosa! 

La gran pregunta, ¿logré mi objetivo? Si, ¡lo logré! ¡Y vaya si lo logré! Mi recital, el mejor concierto de mi vida, el mas bonito, el más emotivo y el que más he disfrutado!